Hace mucho, pero mucho tiempo y en un país muy lejano existía
un libro mágico que concedía deseos a los lectores de buen corazón.
Un día un
señor ambicioso quería el libro solo para él, y el libro se dio cuenta de que
era un hombre de mal corazón, porque la ambición egoísta no es un sentimiento
de personas buenas. Entonces el libro mágico tomó la decisión de esconderse y
nunca nadie por algunos años lo volvió a ver.
Pasado un
tiempo el hombre malo se dedicó a buscar el libro por muchos lugares, hasta que
por fin se enteró de que estaba en una cueva, pero cuando quiso entrar no
podía, porque el mismo libro en su hechizo solo permitía la entrada los
lectores de buen corazón.
Entonces el hombre malo decidió secuestrar a una
princesa que le gustaba mucho leer para que entrara a la cueva y le entregara
el libro.
La princesa entró y en cuanto tocó el libro, éste le
preguntó:
-¿Qué haces tu aquí?
-He venido a buscar el libro mágico para un señor muy
malo que me rapto, pero yo lo que quiero es pedirte un deseo.
-A ver princesa, ¿qué deseo quieres que te conceda?
-Lo único que quiero es librarme de ese hombre y
volver a mi castillo.
Y así entonces fue que el libro le concedió el deseo.
La princesa apareció en su castillo y el hombre malo nunca obtuvo el libro
mágico.
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